Cada
uno de nosotros tiene una serie de creencias personales adquiridas a lo largo
de la vida.
Las
creencias no se basan en un sistema de ideas lógicas. Su función no es coincidir
con la realidad.
La
mente no sabe lo que es real y lo que no es real, sino que nosotros le decimos
e instalamos las creencias que forman parte esencial de nuestra estructura
mental. Por lo tanto las creencias funcionan como certezas; no hay un sustento
concreto que las compruebe, son generalizaciones mentales a las cuales les
damos el poder de convertirse en realidad. Las creencias se
pueden instalar por medio del aprendizaje o por alguna vivencia personal o de
nuestro entorno.
Las creencias generan comportamientos.
Detrás
de cada una de nuestras estructuras mentales, hay una creencia. Algunos
ejemplos cotidianos: te lavas los dientes porque crees que
es bueno; fumas porque crees que te tranquiliza; tomas un café porque crees que
te despierta; Nuestras creencias varían en intensidad y dan sentido a nuestro
mundo y nuestra forma de ser. Sustentan nuestra identidad.
¿Cómo
se instala una creencia?
Cuando
nos desarrollamos en el mundo, desde pequeños, percibimos con nuestros sentidos y filtramos lo que
vemos, escuchamos y sentimos hacia nuestra memoria y hacia nuestro
inconsciente. Las creencias son filtros. Filtramos cada evento de una forma especial y los reproducimos
también de una forma especial. Muchas veces no recordamos cuando se instaló esa información, simplemente la tenemos en el inconsciente y funcionamos de acuerdo a
ellas.
Las
creencias las construimos todo el tiempo y también las modificamos.
Cada
quien tiene su sistema de creencias. Creencias con respecto a la familia, al trabajo, la salud, la alimentación, la educación, las relaciones.
Las creencias expansivas actúan sobre nuestras capacidades, nos permiten encontrar
recursos, son motivadoras. Las creencias limitantes no nos permiten
avanzar, nos ubican en un estado carente de recursos.
Es
importante analizar cuales creencias son útiles en nuestra vida y cuáles no. Darnos
cuenta cuales no son funcionales para cambiarlas. Es importante cuidar cuales
creencias estoy aceptando en mi vida, pues me afectan directamente, como así
también cuidar que creencias estoy instalando en otros, como en los niños, pues
se regirán por ellas.
Tanto si crees que puedes como que no
puedes... estás en lo cierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario