domingo, 21 de febrero de 2010

La cerradura...y su llave

En un retiro de meditación los asistentes iban ingresando a la sala dejando, antes de entrar todo lo que pudiera ser un estorbo.
El guía los miró en silencio y dijo: han dejado afuera bolsos, zapatos, abrigos...sin embargo, es posible que algunos hayan olvidado dejar algo mucho más importante, que les impedirá recibir lo que Yo pueda darles. Todos se miraron unos a otros sorprendidos ¿se refería a los teléfonos celulares, a los relojes? No.
“Para recibir lo que cualquier persona o situación pueda brindarles, dijo, hay que dejar afuera un estorbo prescindible: sus expectativas. Las expectativas hacen que uno espere determinadas cosas, y, mientras internamente forcejea con lo que se supone que “debería ser”, se pierde de aprovechar lo que si ES.
¿Vienen con una llave en la mano y golpearán la puerta si la cerradura no llega a coincidir con ella? Un buen cerrajero hace una llave nueva o va limando las muescas de la que trajo”.

Los asistentes pensaron que el guía tenía razón, con frecuencia nuestros pre-conceptos sobre como deberían ser ciertas personas o situaciones nos hace desechar lo que hubiera tenido valor para nuestra vida. Y a la inversa, hay quienes no han sabido amarnos o valorarnos, simplemente porque “esperaban otra cosa...”
Que alguien proyecte sus expectativas sobre nuestras espaldas puede ser profundamente agotador. Muchas veces, por no defraudar esas expectativas danzamos la música que otro toca, en vez de nuestra propia danza, alejándonos de nuestro real destino...
Pero, nadie vino a este mundo a cumplir con las expectativas de nadie.

Determinadas personas y circunstancias eran en verdad puertas hacia nuevas zonas de afecto o de conocimiento, pero... teníamos nuestra llave en la mano y fuimos torpes cerrajeros (a todos nos sucede) ¡cuánta belleza desperdiciada, cuánto cariño no recibido, cuántos aprendizajes desechados!
Cuando no puedas dejar tus preconceptos afuera, junto con tus zapatos, al menos, quizás, puedas darte cuenta de cuando están siendo una interferencia y no estás escuchando, viendo, sintiendo, simplemente porque estás forcejeando para que la cerradura se ajuste a tu llave.

domingo, 14 de febrero de 2010

Visualizar nuestro objetivo

La PNL nos provee de una herramienta muy eficaz para comenzar a concretar un objetivo. La visualización.
Es una técnica muy sencilla que consiste en crear una película mental el la que nos vemos concretando el objetivo propuesto, como si ya fuese una realidad en nuestra vida.

La visualización debe ser intensa, involucrando todos los sentidos, recreando lo más vividamente posible lo que veremos, oiremos, sentiremos una vez logrado el objetivo.
Esta técnica nos permite enviar señales al cerebro muy poderosas de lo que realmente queremos lograr, recuerde que el cerebro necesita instrucciones precisas para poder desarrollar su potencial.

Con la visualización la mente comienza a creer que podemos lograr el objetivo, lo que nos permitirá generar los recursos necesarios para que logremos lo que deseamos.

Es conveniente repetir la visualización durante un tiempo, en momentos de relajación, sobre todo antes de dormir. Recordemos que el cerebro no duerme y sigue trabajando por nosotros. Repetir la visualización nos ayudará a mantener la motivación.

Cuando visualizamos, vemos con nuestros ojos el logro del objetivo, somos los protagonistas de nuestra película mental. Concéntrese en los estados emocionales que experimentará.

Nuestra mente no diferencia lo que es real o imaginario y esto es muy alentador. Por eso la visualización es una herramienta apasionante.
Lo invito a ponerla en práctica con los objetivos que se ha propuesto para este año.

domingo, 7 de febrero de 2010

Nuestro diálogo interno para el logro de objetivos

“Tanto si cree que puede hacerlo, como si cree que no puede, está en lo cierto”.
Cuando nos proponemos un objetivo es muy importante tener en cuenta como nos vemos, sentimos y cuales son las palabras que utilizamos en nuestro diálogo interno.
Somos lo que creemos ser. Si utilizamos palabras limitantes nos resultará difícil desarrollar nuestro potencial.

No puedo.
Lo dejo para más adelante.
Es difícil.
No lo merezco.
No tengo suerte.
No sé por donde empezar.
Tengo miedo al fracaso.
No soy responsable.

Estos pensamientos determinarán muestro comportamiento y nuestro accionar.
Cuando un objetivo parece difícil o inalcanzable nuestra mente hará todo lo posible para “no lograrlo” a través de los pensamientos, estados de ánimo y el lenguaje, que conducirán a la inactividad.

La PNL propone cambiar el diálogo interno, reemplazar los patrones mentales que nos bloquean y reemplazarlos por afirmaciones que nos potencien.
Así ya no habrá excusas para perseguir nuestros sueños.

“Una persona usualmente se convierte en aquello que cree que es.
Si yo sigo diciéndome que no puedo hacer algo es posible que Yo termine siendo incapaz de hacerlo. Por el contrario si tengo la creencia que si puedo hacerlo con seguridad adquiriré la capacidad de realizarlo aunque no lo haya tenido al principio” (Gandhi).