Para recorrer procesos de auto-desarrollo, desempeño eficaz y de liderazgo, necesitamos de señales que nos orienten y nos informen de forma precisa, puntual y oportuna, sin juzgarnos ni descalificarnos. Esa misión la desempeña de forma efectiva el feedback.
Feedback es la información de retorno que
recibimos o enviamos de forma explícita con la intención de reforzar o de
corregir acciones concretas.
Dar feedback es informar a una persona de sus actitudes y
comportamientos de forma puntual, objetiva y precisa.
Es una tarea a veces difícil, porque para que la
retroalimentación sea efectiva, se necesita que entre emisor y receptor haya
respeto, comprensión y confianza.
Esta dificultad se aminora cuando:
a) el emisor
es sincero, generoso y valiente
b) el receptor es agradecido, humilde y
abierto.
Todos necesitamos recibir información del qué, cómo, cuándo, dónde
y el por qué de nuestra actividad. Esta acción genera las claves para poder
aprender, poder desaprender y poder enseñar.
Debemos de solicitar feedback a nuestros jefes, colaboradores,
familiares y amigos.
Para que el feedback sea efectivo, debe de ser:
1º) Solicitado: más que impuesto, el
feedback debe de ser demandado por el interesado.
2º) Descriptivo: se debe de describir la
situación y no enjuiciarla, es decir, hay que evitar las desvalorización y las interpretaciones.
3º) Neutro: El feedback debe de ser como
la información que nos da una báscula, un reloj o un espejo. La claridad en el
mensaje, la focalización en el problema, la evitación de rodeos y la aportación
de ejemplos ayudan a que el feedback sea neutro, objetivo y entendible por
parte del interesado.
4º) Aplicable: el feedback debe de ir
dirigido a un comportamiento susceptible de ser modificado, que requiera
reconocimiento, voluntad y esfuerzo por parte del interesado para corregir la
desviación.
5º) Oportuno: la inmediatez es el
factor determinante en la aportación de valor al feedback. La distancia en el
tiempo le restan eficacia y se vuelve contraproducente.
6º) El feedback, ha de ser ofrecido personal y directamente al propio
interesado. No debe de hacerse público, o transmitirse, por medio
intermediarios.
7º) Comprobado: para que el feedback sea
efectivo, debemos de confirmar que el interesado capta el significado del valor
de la información que le hemos transmitido.
El feedback potencia el talento. Ayuda al autodesarrollo, a la
autorrealización, a la consecución de metas, a la autosatisfacción y al
desarrollo, tanto personal como profesional. Por este motivo, tenemos que
acostumbrarnos y generar el hábito de:
a) Solicitarlo: debemos de solicitar a nuestros
colaboradores que nos informen como perciben nuestra actividad.
b) Agradecerlo: agradecer esas aportaciones,
principalmente si no son lo que nos gustaría escuchar.
c) Facilitarlo: debemos de informar a los que nos
rodean cómo están desarrollando su actividad. Sin juzgar ni valorar, sino
describir de la forma más objetiva posible los aspectos de su conducta que
destaquen o que sean susceptibles de mejora.
El feedback se debe dar de forma objetiva, precisa, neutral,
inmediata, comprensible y recibirlo como un valioso aporte.
Fuente APNL.