En Programación Neurolingüística se le llama “MAPA” a la percepción mental que tiene una persona del mundo. Este mapa se conforma a través de la percepción por medio de los sentidos y de los filtros personales por los cuales cada uno va asimilando el mundo, la realidad exterior. La educación, la cultura, las creencias, todas las experiencias y manera de observar que desarrolla una persona, y sentimientos de sus propias vivencias. El mapa mental determina la historia personal. De ahí que es imposible que dos personas tengan exactamente la misma percepción ante un mismo hecho.
Muchas veces criticamos a los demás ya que pensamos que “no entienden”, “no se dan cuenta”, “no les importa”, “no se preocupan”, “no se conducen como deberían”, “exageran las cosas”, “no les llama la atención”, “se hacen problema por todo”, “no es posible que hagan eso”, etc. Todas estas frases están basadas en juicios que elaboramos acerca de la conducta de los demás, en base a “nuestro mapa”, a lo que yo pienso, a lo que yo creo. Es importante darnos cuenta que el otro actúa en base a lo que él piensa y a lo que él cree.
Por eso Programación Neurolingüística nos dice que “El Mapa no es el Territorio”, esto es, que el territorio es la realidad completa, y el mapa es el modo personal de captarla. Cada quien actúa según su mapa mental, por lo tanto todas estas conductas son efecto de algo que las dispara. Son conductas aprendidas, creencias instaladas, modos y estilos de vida vivenciados de manera diferente, y siempre hay una razón interna para pensar, sentir y proceder. Tenemos mapas diferentes del mismo territorio.
El objetivo de PNL es permitir a cada persona adquirir un modelo del mundo que le sirva para obtener lo que es importante en su vida. Cuantas más opciones ofrezca nuestro mapa, más oportunidades tendremos de conseguir nuestros objetivos y esto sólo se logrará a través de la flexibilidad de nuestra conducta y la aceptación de los demás.
Si pensamos que el otro tiene un mapa diferente al mío, la mejor manera de aprender es a través del conocimiento, y esto sólo se logra con una buena comunicación, lo observo y lo escucho. Yo estoy bien, y el otro también. Aprendemos de las diferencias.
Cada uno de nosotros va construyendo, su propio mapa de la realidad, y en base a esa única percepción actuamos y nos relacionamos. Los mapas se pueden completar con nuevos aprendizajes, se pueden modificar, se pueden abrir a nuevas posibilidades más enriquecedoras de interpretar e interactuar con el mundo real.