Juan viajero de profesión venía de atravesar un bosque muy espeso y se encuentra frente a un inmenso río.
La orilla era peligrosa. Estaba infectada de cocodrilos y todo tipo de insectos venenosos.
La orilla del otro lado parecía segura y tranquila.
Juan no encontraba manera de cruzar a otro lado.
Decidió construir una balsa con madera y ramas. Tardó cuatro días en terminarla.
Cruzó el río con mucha dificultad. Llegó a la otra orilla. Era segura y apacible tal como la imaginaba.
Entonces dijo: “Esta balsa me ha sido de gran ayuda. Me permitió llegar a un lugar seguro. La llevaré conmigo a todas partes”. Y se alejó con la balsa…a cuestas.
Tomando como ejemplo esta metáfora imagine que para lograr sus objetivos necesitará cruzar a la otra orilla. Desde su estado presente deberá llegar al estado deseado, para realizar ese trayecto necesitará identificar y organizar sus recursos.
Construya “su balsa” y piense:
¿Qué recursos (pensamientos, capacidades, creencias expansivas, aprendizajes, estados emocionales llevaré para que me permitan llegar de manera exitosa a la orilla?
¿Cuales poseo?
¿Cuales no tengo y necesito?
Cuando somos conscientes de nuestros recursos maximizamos nuestras posibilidades de éxito.
Con el objetivo bien definido, encontrándose motivado, en estado pleno de recursos el siguiente paso es pasar a la acción, para ello recuerde que será de utilidad llevar en su equipaje -decisión-valor-compromiso-disciplina-flexibilidad-.
Su balsa también será segura.
Buen viaje!!!