Nuestros mapas del mundo
pueden ser contrastados con nuestra experiencia del mismo. «Experiencia» se
refiere aquí al proceso de experimentar, sentir y percibir tanto el mundo que nos rodea como nuestras reacciones ante él.
Nuestra «experiencia» de una puesta de sol, de una discusión o de unas
vacaciones está directamente relacionada con nuestra percepción personal de
estos acontecimientos, así como con nuestra participación en los mismos.
Según la PNL, nuestras experiencias se construyen a partir de la información
sobre el medio externo que recibimos a través de los órganos sensoriales, junto
con los recuerdos, las fantasías, las sensaciones y las emociones asociadas que emergen de nuestro
propio interior.
Utilizamos también el término «experiencia» para referirnos al conocimiento
acumulado a lo largo de nuestra vida. Toda la información que nos llega por
medio de los sentidos es constantemente codificada o envuelta en conocimiento
precedente. De este modo, nuestra experiencia constituye
la materia prima a partir de la cual creamos nuestros propios mapas o modelos
del mundo.
Experiencia sensorial se refiere a la información recibida a través de los
órganos sensoriales (ojos, oídos, piel, nariz y boca), así como al conocimiento
del mundo externo derivado de esta información.
Los órganos sensoriales
constituyen las facultades por las que los humanos y otros animales perciben el
mundo que les rodea. Cada canal sensorial actúa como un filtro que responde a
un rango determinado de estímulos (ondas luminosas, ondas sonoras, contacto físico, etc.), que
variará según la especie de que se trate.
A modo de primera interfaz con el mundo
que nos rodea, los sentidos constituyen nuestras «ventanas al mundo». Toda la
información de la que disponemos acerca de nuestra existencia física procede de
estas ventanas sensoriales.
Por esta razón la PNL valora en extremo la
experiencia sensorial y la considera como la fuente primordial de todo nuestro
conocimiento acerca del medio externo, así como la materia prima fundamental
para la construcción de nuestros modelos del mundo. El aprendizaje, la
comunicación y el modelado eficaces hunden por igual sus raíces en la
experiencia sensorial.
Además de la experiencia procedente de los sentidos, los humanos tenemos
también una red interna de información y conocimiento, construida a partir de
experiencias generadas internamente, tales como los «pensamientos», las
«creencias», los «valores» y el sentido de «sí mismo». Esta red interna de
conocimiento genera otra serie de filtros «internos» que enfocan y dirigen
nuestros sentidos y que actúan asimismo para eliminar, distorsionar y
generalizar los datos recibidos a través de ellos.
La experiencia sensorial constituye el medio principal por el que obtenemos
información nueva acerca de la realidad, y con la enriquecemos nuestro
particular mapa del mundo. A menudo, el conocimiento previo existente actúa a
modo de filtro para la experiencia sensorial nueva, valiosa en potencia. Una de
las misiones de la PNL consiste precisamente en ayudar a las personas a
enriquecer la cantidad de experiencia sensorial que son capaces de recibir.
De hecho, la mayoría de
técnicas de PNL se basan en habilidades de observación enfocadas a tratar de
maximizar nuestra experiencia sensorial directa de cada situación.
Según el modelo de la PNL,
el cambio eficaz proviene de la capacidad para «recuperar el sentido». Para
lograrlo, necesitamos aprender antes a dejar caer nuestros filtros internos y
obtener una experiencia sensorial directa del mundo que nos rodea.
Una de las habilidades básicas más importantes de la PNL consiste en alcanzar
el estado de «alerta». Se trata de un estado en el que la conciencia sensorial
del individuo está concentrada en el medio externo, en el «aquí y ahora». El
estado de alerta, junto con el aumento de experiencia sensorial que le
acompaña, nos ayuda a percibir y disfrutar con mayor plenitud la vida y las abundantes oportunidades de aprendizaje que nos rodean.
Así pues, nuestra «experiencia» de algo puede ser contrastada con los «mapas», las «teorías» o las «descripciones» acerca de esa experiencia.
Así pues, nuestra «experiencia» de algo puede ser contrastada con los «mapas», las «teorías» o las «descripciones» acerca de esa experiencia.
Del libro EL Poder de la palabra
Robert Dilts