lunes, 18 de agosto de 2014

PNL Objetivos y resultados

¿Te has dado cuenta de que cuando estamos inmersos en trabajar por una meta que realmente nos apasiona la mayoría de nuestras preocupaciones parecen desvanecerse?

Nuestra mente tiende a enfocar en las cosas que nos preocupan cuando no tiene algo más importante que hacer. Las personas más felices que conozco suele decir cosas como: “No tengo tiempo para preocuparme”. Y es cierto, están tan ocupadas persiguiendo sus objetivos y sus pasiones que no permiten a su mente que se centre en aquellas cosas que podrían situarlos en un estado de preocupación.

Y como en la mayoría de los casos nuestras preocupaciones son cosas que jamás terminan por suceder, esos miedos anticipados terminan por desvanecerse.

Crea una buena lista de objetivos. Apasiónate con ellos. Toma acción masiva en pos de su consecución… y deja de una vez por todas de preocuparte por tantas cosas. Lo que pueda ser solucionado, soluciónalo. Y lo que no dependa de ti, ni tan siquiera merece la pena que le dediques un solo segundo. 
No solucionarás nada pensando en ello y todo lo que conseguirás es afectar negativamente tu estado emocional.

Ocúpate en lo que te apasiona… y conseguirás pulverizar en muy buena medida gran parte de tus preocupaciones.


La gran diferencia es el enfoque mental que lo cambia todo.

Siempre la gran diferencia entre cualquier gran realizador y la persona promedio es el enfoque mental que cada uno de ellos tiene ante las distintas situaciones que la vida les presenta.
Ahora más que nunca, esta diferencia se deja notar en la manera en que se enfrentan los tiempos turbulentos a nivel económico que nos toca vivir.

La persona promedio tiende a que las soluciones le lleguen del exterior.
Básicamente la pregunta que rige su patrón de pensamiento es:

-¿Qué pueden hacer por mi? ¿Cómo pueden ayudarme?

Y esta pregunta va dirigida o bien al gobierno, a su empresa, a su entorno,…

Los grandes realizadores tienen un patrón de pensamiento muy diferente. La pregunta que se formulan constantemente es:

-¿Qué puedo hacer yo para transformar esta situación positivamente?

Se ven a si mismos como la causa del cambio. Creen en su capacidad para tomar acción. Aceptan la responsabilidad por su destino. En definitiva, están dispuestos a poner en juego todo lo que sea necesario para mejorar la situación y hacer que las cosas sucedan en su vida.

Esa es la filosofía que produce resultados.

Por supuesto que hay miles de cosas que no dependen de nosotros mismos. Por supuesto que está bien contar en determinados momentos con ayuda del exterior. Pero lo fundamental es mantener ese enfoque mental poderoso que te sitúa a ti mismo como el máximo responsable y artífice de tu propio futuro.
Como ves, un simple cambio en el enfoque de una pregunta puede suponer un cambio sustancial en la calidad de tu enfoque mental. Y al final la clase de enfoque mental que mantenemos es el que marca toda la diferencia.

Extracto de un capítulo del libro “PNL PARA DIRECTIVOS”

de Joseph O´Connor & Ian Mc Dermott, Editorial Urano.


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