“Si cada mañana nos planteáramos cual es la mejor idea que puedo tener de mi mismo, tendríamos otro tipo de mundo”
Joe Dispenza.
Cuando cambiamos nuestra manera de pensar cambia nuestra neurología.
Es lo que pensamos y como reaccionamos ante esos pensamientos lo que determina nuestra conducta.
Las emociones y sentimientos son el resultado de esas experiencias, que generan una determinada química cerebral que repercutirá en nuestro estado interno.
Cuando logramos modificar nuestros pensamientos limitantes y generamos nuevas experiencias y emociones estamos re diseñándonos estableciendo nuevas conexiones neurológicas.
Los hábitos son conductas arraigadas que repetimos en forma inconsciente.
Si hacemos conscientes aquellos que queremos cambiar, podremos instalar otros nuevos.
Cuando cambiamos conductas nuestra mente desaprende y reaprende.
Uno de sus postulados dice: -Las personas tienen los recursos que necesitan para producir cambios. Si no los tienen los pueden aprender.-
Sólo tenemos que ser flexibles para adentrarnos en el cambio, descubriendo nuestras capacidades que nos permitirán tener nuevas experiencias que dinamicen nuestra vida.
Démosnos la oportunidad de acceder a nuevas formas de pensamiento, expansivas, que nos permitan lograr de manera exitosa nuestros objetivos.
El éxito no es el resultado de una combustión espontánea.
Tú tienes que encenderte primero.
Fred Shero
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