A través del lenguaje representamos y damos significado a nuestras experiencias.
El lenguaje determina en forma contundente la manera en que el mensaje es emitido, recibido y entendido.
El lenguaje determina en forma contundente la manera en que el mensaje es emitido, recibido y entendido.
Las palabras “pero”, “y”, “aunque”, utilizadas para conectar pensamientos, son determinantes para establecer de manera precisa donde enfocar nuestra atención.
Un ejemplo:
Cuando decimos:
“Deseo cambiar el auto PERO no lo decido.”
La atención está puesta en el “no lo decido”
En cambio si decimos:
“Deseo cambiar el auto Y no lo decido”
La frase está equilibrada prestamos atención a ambas partes.
Finalmente si decimos:
“Deseo cambiar el auto AUNQUE no lo decido.”
La atención se dirige a la primera parte de la frase, enunciada de forma positiva, la segunda pasa a segundo plano.
Hay personas adictas al “si pero…”. El “pero” es limitante, minimiza el lado positivo de nuestros pensamientos.
Recuerde que según como interprete, responderá y actuará.
Piense en las afirmaciones que realiza y utiliza la palabra “pero”.
Escríbalas y cambie el “pero” por “aunque”. Así mantendrá la perspectiva positiva y se sentirá motivado en la búsqueda de recursos para lograr lo que desea.
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