viernes, 24 de julio de 2015

Capacidades y recursos frente a los desafíos



Una versión diferente de la fábula
La liebre y la tortuga

Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el conflicto de opiniones, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre largó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante un buen rato. Luego, al ver que había sacado muchísima ventaja, decidió sentarse debajo de un árbol para descansar unos momentos, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se quedó dormida. La tortuga, que andaba con paso lento pero constante, la alcanzó, la superó y terminó en punta, declarándose ganadora indiscutible de la carrera.

Moraleja: "Los lentos pero constantes y perseverantes, también ganan la carrera."

Pero la historia no termina aquí...
La liebre, decepcionada por haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció su grave error de subestimar a la tortuga. Se dio cuenta que por presumida y descuidada había perdido la carrera. Si no hubiese subestimado a su oponente, nunca la hubiera podido vencer. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió sin descanso desde el principio hasta el fin y su triunfo fue contundente.
Moraleja: "Los rápidos y tenaces vencen a los constantes y perseverantes."



Pero la historia tampoco termina aquí...

Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. De la manera como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería.  Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr por una ruta distinta a la anterior. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. La liebre no sabía nadar, y mientras se preguntaba "¿Qué hago ahora...?", la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso lento pero constante y terminó la carrera en primer lugar.
Moraleja: "Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan de primeros."



Pero la historia tampoco termina aquí....

Pasó el tiempo, y tanto compartieron la liebre y la tortuga que terminaron haciéndose amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río a nado con la liebre sobre su caparazón, y ya en la orilla de enfrente la liebre cargó de nuevo a la tortuga hasta llegar a la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que la que habían experimentado en sus logros individuales.
Moraleja: "Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las capacidades de cada uno, no seremos completamente efectivos."





Conclusiones ...

Es importante advertir que ni la liebre ni la tortuga abandonaron la carrera. La liebre evaluó su desempeño, reconoció sus errores y decidió poner más empeño después de su fracaso. Por su parte la tortuga, al notar que la velocidad era su mayor debilidad, decidió cambiar su estrategia y aprovechar su fortaleza como nadadora, en un nuevo recorrido. Después de varias contiendas, la tortuga y la liebre descubrieron que unidas lograban mejores resultados. La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, no solo complementamos capacidades, compensamos debilidades, potenciamos nuestros recursos... sino que también obtenemos mejores resultados!

Todos tenemos carreras por delante, y hay muchas maneras de ganarlas. 
Hay muchas liebres, muchas tortugas... y muchas metas que alcanzar!

Finalmente:
"No se reúna con un grupo fácil; no le harán crecer.
Vaya donde sean muy altas las exigencias y las expectativas de desempeño".

jueves, 2 de julio de 2015

PNL Programación Neurolingüística


La PNL – Programación Neurolingüística es un modelo de comunicación, desarrollo personal y profesional.
Permite conocer nuestra estructura de pensamiento. Conocer nuestros talentos, potenciar los recursos, expandir nuestras capacidades, lograr objetivos, realizar cambios en la conducta, replantear creencias, resolver conflictos internos, ser flexibles, realizar nuevos aprendizajes, mejorar nuestros vínculos optimizando la comunicación en todas las áreas de vida personal y profesional.
Si el mundo evoluciona y cambia, es importante adaptarnos desde nuestros pensamientos, creencias, estados emocionales, expectativas de logro, estrategias, conductas.
Las técnicas de PNL son dinámicas y el entrenamiento es práctico, permitiendo aplicar las herramientas que posibiliten lograr el estado deseado actuando efectivamente.

Pensando en nuestras creencias...

Las creencias son una fuerza muy poderosa dentro de nuestra conducta. Es bien sabido que si alguien realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que no puede hacerlo, ningún esfuerzo por grande que éste sea logrará convencerlo de que se puede realizar.
Nuestras creencias acerca de nosotros mismos y de lo que es posible en el mundo que nos rodea tienen un gran efecto sobre nuestra eficacia cotidiana. Todos tenemos creencias que nos sirven como recursos y también que nos limitan en nuestro accionar. Las creencias pueden moldear, influir e incluso determinar nuestro grado de inteligencia, nuestra salud, nuestra creatividad, la manera en que nos relacionamos.

Activando recursos con PNL

Del No puedo… al Sí puedo…….

Te pregunto ¿ante un desafío que te dices?

No lo quiero hacer….
No puedo hacerlo…
Quiero hacerlo…
¿Cómo lo hago?...
Intentaré hacerlo…
Puedo hacerlo…
Lo voy a hacer…
Se puede!!!


¿Lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana?  W. Disney.