jueves, 22 de septiembre de 2011

Liderazgo personal, la elección de ser uno mismo.

Si tomamos conciencia de que en todo momento podemos elegir, eso ya nos ubica en un espacio de mayores posibilidades  y nos da una mirada de bien-estar.
El liderazgo personal, implica que cada uno es protagonista y elige su manera de pensar y actuar, elige como sentirse, aún en circunstancias donde, la vida nos ubica en momentos difíciles, que son verdaderos desafíos, evitando la queja y la victimización.
Para lograr los resultados que queremos, miremos de cerca las decisiones que tomamos y las acciones que emprendemos.

Tomar una decisión no es solo pensarla, es  enfocarse en el resultado al que se quiere llegar. Es realizar las acciones correctas, que nos van a ir llevando a donde deseamos.
Las personas exitosas saben a donde van y tienen una estrategia para llegar, cuentan con recursos internos y externos.

Nos convertimos en lo que decidimos hacer la mayoría del tiempo. Si en el camino nos damos cuenta que algo no funciona, hagamos otra cosa, si seguimos haciendo lo mismo vamos a obtener los mismos resultados, esto implica cambiar creencias y hábitos que nos limitan.

Cada persona tiene el poder de crear un magnífico futuro para si misma, estableciendo y logrando metas poderosas.
De nada sirve pensar en lo que uno no quiere lograr, porque sin proponérselo, va a lograrlo.
El inconsciente saltea el “no” y toma literalmente lo que uno piensa.

El primer paso es formular las metas en positivo, ir directamente a lo que se quiere lograr, concibiéndolo con claridad y detalles específicos. El segundo paso es armar un plan de acción para llegar a las metas. Imaginarlas vividamente y disfrutarlas emocionalmente.


Siempre recordemos que lograr la meta es importante, pero mucho más importante es la calidad de vida, el disfrute, que vamos a ir experimentando en el trayecto.
El camino del liderazgo personal, se hace día a día. Es una elección que comienza con hacernos cargo de nosotros mismos, superando miedos, asumiendo riesgos, venciendo resistencias, adoptando una actitud perseverante y optimista.

La PNL nos permite desarrollar las capacidades del autoliderazgo, mediante estrategias de pensamiento y comportamiento orientadas al éxito. La excelencia al alcance de todos.

"El contenido de tú carácter es tu elección. Día a día, lo que eliges, lo que piensas y lo que haces es en quien te conviertes. Tu integridad es tu destino, es la luz que guía tu camino". (Heráclito).


martes, 6 de septiembre de 2011

LAS EMOCIONES

“LOS DOS LOBOS”

“Una mañana el jefe de una tribu Cherokee le habla a su nieto acerca de la vida.
Le dice: - Una gran batalla está ocurriendo dentro de nosotros.
- Es una lucha terrible. Una lucha entre dos lobos.
"Uno es Malvado -  Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, falso orgullo, superioridad y ego.
"El otro es Bueno  -  Es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, amistad, empatía, generosidad, compasión, fe.
El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:
- “¿Qué lobo gana?”
El viejo Cherokee respondió:

- "Aquél al que alimentas."

Podemos elegir cual es nuestra actitud frente a la vida y a los desafíos que nos presenta si prestamos atención a nuestras emociones. Ellas tiñen nuestro accionar. Así podremos liderar nuestra vida y estaremos orientados hacia el éxito.
No existen emociones buenas o malas, existen emociones útiles o inútiles, que amplían o cierran nuestros espacios de posibilidades, según sea el momento en que aparecen.
Haciendo uso de nuestra inteligencia emocional podremos identificar, comprender, manejar, expresar o desactivarlas adecuadamente.

Les propongo este ejercicio:

*Piensen e identifiquen alguna emoción displacentera que sientan en este momento o hayan sentido durante el día.
Identifíquenla, puede ser enojo, intranquilidad, rencor, impaciencia, miedo, inseguridad, intolerancia, tristeza, dolor, angustia etc.
*Fíjense en qué parte de su cuerpo se manifiesta con más fuerza.
*Ahora piensen en la emoción contraria a la que detectaron, si es tranquilidad, paciencia,     seguridad, tolerancia, alegría, felicidad etc.
*Con sus ojos cerrados, recuerden  algún momento en su vida donde experimentaron esta  emoción. Revívanla intensamente. Observen donde se encontraban, que veían, escuchaban, sentían.
*Respirando profundamente sientan esta emoción placentera.
*Ubíquela en su cuerpo y toque esa parte. Vuelvan a respirar profundamente. Disfrútenla por unos segundos.
*Ahora, piensen en la emoción displacentera anterior, pero ya con la nueva emoción, aprecien como disminuye la intensidad de la  primera.

Si nos proponemos gestionar nuestras emociones podremos actuar en un estado pleno de recursos, aumentando nuestra confianza, seguros que lograremos nuestros objetivos.